Qué divertido es hacer fotos

Te despiertas, tomas café, comes algo, vas al trabajo, hablas con alguien, vuelves a casa, ves Tik Tok, cenas, duermes… y vuelta a empezar.

Vivimos cumpliendo. Haciendo las tareas que tenemos apuntadas o que otros nos dicen que hagamos, cumpliendo con los horarios y las expectativas. Sin apenas darnos cuenta, simplemente estamos. Existimos.

Estar es ocupar un sitio. Hacer lo que toca. Seguir el ritmo sin preguntar demasiado.

Ser, en cambio, es otra cosa.

Ser implica presencia. Escucha. Mirada. Es darte cuenta de dónde estás, qué sientes, qué te mueve. Es vivir con intención, aunque sea por un momento. Cuando viajo, intento acercarme a ese estado. Me ayuda a salir del piloto automático y a mirar el mundo con curiosidad. A veces, incluso a encontrarme a mí mismo desde un ángulo distinto. No siempre lo consigo. Hay días en los que solo estoy. Pero cuando logro ser, aunque sea unos minutos, todo cambia. El tiempo se expande. La vida deja de pasar y empieza a sentirse.

Ser no es algo reservado para los grandes momentos. También se puede ser en lo cotidiano. Caminando por tu calle de siempre. Escuchando de verdad a alguien. Sintiendo el sol en la cara. Es una decisión silenciosa. Un pequeño acto de presencia.

Hacer fotografías implica detenerse, observar, analizar toda la información que está delante de nosotros ¡y la que aun no está pero estará!. Me resulta muy divertido crear imágenes, creo que jamás me aburriré de esto.

Estas fotografías las hice en Nueva York, adoro fotografiar personas cuando no son conscientes de que están siendo fotografiadas y simplemente viven sus vidas. ¿Qué estaría escuchando el chico que está almorzando en el Soho, quizá un podcast, música? ¿Qué campaña están haciendo las chicas que cruzan la calle con un ropero mientras se graban, les habrá funcionado la idea? ¿En qué piensa el chico que está sentado mientras espera que se enfríe su café?

Adoro hacer fotos.